Descripción
Junto al emplazamiento original del poblado ibérico de El Cabo, cerca del agujero de la mina a cielo abierto, fue hallada una necrópolis con seis túmulos y siete urnas funerarias que contenían restos humanos incinerados y multitud de fragmentos de bronce que pertenecían a un ajuar compuesto por anillos, pulseras y colgantes.
La necrópolis fue descubierta por José Antonio Benavente en el año 2000 y entre 2005 y 2006 fue excavada. tras estas actuaciones se realizaron trabajos de consolidación y puesta en valor. En la actualidad el yacimiento forma parte de la Ruta Iberos en el Bajo Aragón.